TESTIMONIO

3 julio, 2018

El otro día escuchando a Fito Fitipaldis de pronto se me vino una imagen mental y un vivo sentimiento de gratitud porque en una de sus canciones dice “nunca se deja de crecer/ nunca se para de morir” e inmediatamente visualicé “el rincón de la escucha” que Tere, mi formadora, me brinda semana tras semana.

Mi crecimiento personal lo centro allí, rodeada de mis compañeras y guiadas por Teresa que nos transmite la posibilidad de ir profundizando en el conocimiento de la CNV y cómo integrarla en nuestras vidas.

Me vi sentada entre cojines, escuchando y siendo escuchada, conectándome y dándome un baño de paz y serenidad. Cuando llego allí ya nada hay que hacer, solo existe el ahora. Conexión conmigo y con todas las que participamos en la sesión.

Por todo ello sentí y siento una gran gratitud hacia la vida que me ha proporcionado esta oportunidad de conocer otra manera de comunicarme conmigo y con los demás, agradecimiento a Rosenberg Marschall, su creador, a Teresa que me la transmite, a mis compañeras y a mí misma por abrirme a lo nuevo y superar algunos de  mis miedos.

Con esta reacción  inmediata e involuntaria al escuchar la palabra “crecimiento” me queda claro que estoy en el camino, que voy conociendo una potente herramienta que me hace la vida más bonita y que si la uso, también hace la vida más bonita a los que me rodean.

Ana Mª Guillén.